17 de Julio, 6:45 PM.
Marck se separó de mi, dejándo un hilo de saliva que une nuestros labios. Le miré fíjamente a los ojos, preocupado por lo que pudiese escapar, entonces, sin decir nada, abrió la ventana de la habitación, la cual daba a un balcón desde el cual se podía ver un campo verde solitario y muy extenso, de fondo se contemplaban altos y verdes árboles, formando un gran bosque.
"Si podemos bajar por aquí... Nos salvaremos."- Entonces se acercó al final del balcón y pasó por encima de la barandilla, comenzó a descender agarrando las cornisas de ventanas y decoraciones del castillo, logrando así bajar de la habitación. Cuando el estaba abajo, yo lo intenté, pero una cornisa se rompió y caí, antes de estrellarme contra el suelo me logró agarrar, me salvó la vida. No le dí un gracias, preferí dedicarle una dulce sonrisa. Me dejó en el suelo y caminamos por el campo hacia el bosque, alejándonos del castillo.
"El mundo que ha creado mi padre es más grande que el castillo, pero yo nunca pasé de él... Antes, era el único sitio seguro, ahora no hay lugar en el que estar a salvo..."- Su entristecido tono me llegó de lleno al alma, pude suponer que este es su hogar, y que en el castillo vivía él, los muros le protegían de las inseguridades de este mundo y del peligro, de los monstruos, de esas pesadillas vivientes.
El campo era el dulce hogar de bellas margaritas, que eran mecidas por el viento con suavidad. Se podía escuchar el susurro del aire entre los troncos del bosque y el suelo, susurros de una voz que nadie conoce, que nadie escucha, que nadie comprende lo que dice... Así me sentía yo cuando estaba en mi mundo, triste y sólo, aún que no lo mostrase. Ahora, al fin me siento vivo, estando en un mundo donde las pesadillas viven y te atormentan, es irónico.
"Que irónico, al fin me siento en mi piel, no me siento vacío, y me veo en un mundo donde los monstruos acechan tras cada esquina."- Miré a Marck y reí ante la ironía de la vida, los filósofos no se quedan cortos cuando dicen que la vida puede ser rara y que es imposible explicarla... Marck simplemente me sonrió alegre de escuchar esas palabras salir de mi boca, entonces, llegamos al bosque...
La luz del sol se colaba entre las ramas de los árboles envolviendo el lugar de cierto misterio. Me daba miedo lo que pudiésemos encontrarnos ahí, pero, me sentía seguro estando cerca de Marck, así que nos adentramos sin temor y con paso firme hacia lo desconocido.
"Erick, me siento vigilado..."- Marck me cogió de la mano fuerte.
"Yo también."- Un horrible sonido de algo saliendo de la tierra acechaba nuestras espaldas, un árbol había salido del suelo y caminaba, también le había salido boca y ojos, dentro del agujero que dejó se observaba un líquido rojo, parecía sangre, pero quien sabe. Al abrir su boca para soltar un escalofriante grito vi trozos humanos manchados de rojo, si nò fuese pro todo lo que he visto hoy habría vomitado.
Ante el susto huímos aterrorizados entre los árboles, pero nos perseguía, un paso suyo era más largo que uno nuestro... Tropecé, torpemente tropecé y caí, el árbol se acercaba a mi, y cuando me iba a agarrar Marck se puso en medio y lo agarró a él en mi lugar.- "¡Marck!"- Grité inútilmente, pero en su cara había... Había una sonrisa, lloraba, pero en su cara había una bonita sonrisa, el haberme salvado le hacía eternamente feliz.
"No me arrepiento de nada."- Dijo mientras lloraba en silencio con una sonrisa en su rostro, yo... Tenía que hacer algo, pero, ¿el qué? No había ningún objeto que pudiese usar, o sí... Busqué en los bolsillos desesperado, lo único que tenía era un bolígrafo y sin pensarlo dos veces me acerqué al árbol y le clavé el bolígrafo en su tronco, haciendo así que soltase un grito de dolor y soltase a Marck, quien cayó al suelo. Rápidamente corrí hacia el, le ayudé a levantarse y salimos corriendo de la mano. La verdad, tocarle... Me hace feliz, muy feliz, a pesar de todo lo que estemos pasando, realmente soy feliz, muy feliz...
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