La Noche Olvidada

La Noche Olvidada

miércoles, 19 de febrero de 2014

17 de Julio, 7:00 PM.

Nos adentramos corriendo en el interior del bosque, estábamos perdidos, pero al menos parecía que habíamos escapado de la abominación aquella.

Seguimos caminando, justo en el corazón del tétrico bosque encontramos una casa, una casa de madera a la cual le salía humo de la chimenea. Ya había caído la noche y estar fuera de un edificio podría ser peligroso, pero teniendo en cuenta del lugar en el que estábamos, entrar también lo era.

Hacía frío, Marck y yo nos miramos, no sabíamos que hacer, ambos afirmamos con la cabeza y caminamos de la mano hacia la cabaña, y con mucho cuidado y lentamente abrimos la puerta.... Justo en frente de la puerta había unas escaleras de madera, a la derecha una puerta que llevaba a un salón y a la izquierda otra puerta que llevaba a una cocina. De iluminación no había más que velas, parecía una casa encantada y muy antigua, la poca luz que desprendían servía para ver un poco a su al rededor, dejando espacios oscuros entre la luz de una y de otra, haciendo que el lugar sea aún más tétrico. Al lado izquierdo de la escalera, la cual estaba apoyada en la pared de la derecha, había un pasillo muy oscuro, sin iluminación pero se podía distinguir una puerta al fondo.

Finalmente abrimos la puerta y entramos despacio, una vez dentro la cerramos con el mismo cuidado y lentitud con el cual la abrimos. Nos miramos en silencio, el lugar pondría los pelos de punta incluso a un muerto.

Caminamos lentamente hacia la sala, noté una extraña presencia detrás nuestra.... Hice lo que nunca se debe hacer, mirar hacia atrás. Me giré y delante de la puerta vi una borrosa imágen de un niño sonriendo tétricamente. Marck también se giró, su cara se sumió en pánico y, ambos, asustados, corrimos al piso superior encerrándonos en una habitación, parecía la habitación de un niño pequeño, las paredes estaban llenas de dibujos hechos por un niño pequeño, en el que la sangre y personas muertas predominaban, y en algunos estaba escrito "No huirás", "No hay salida" y cosas similares.

Una risa enloquecida rompió el amargo silencio.- "¿Queréis jugar al escondite? ¡Muy bien! Os encontraré..."- La voz de un niño de corta edad resonaba en las paredes, parecía venir de todos los lugares a la vez.

"Erick, tranquilo, no pasará nada."- Marck se acercó a mi y me acarició la cara, luego me besó, intentando tranquilizarme, esta vez el beso fue amargo y doloroso, como la despedida de alguien que fuese a morir. Es como si supiese que su vida acabase ahí, o que iba a dar su vida por mí. Mis lágrimas brotaron de mis ojos, por primera vez en mucho tiempo.

"No, no... No vamos a morir, ninguno..."- Marck sonrió, era una sonrisa agria impregnada de dolor, como si un niño le hubiese dicho que sabía volar, todo ilusionado, pero él sabía que eso era imposible y la felicidad del niño y su inocencia le hiciese daño porque sabía que algún día vería la realidad. Le abracé fuertemente mientras se escuchaban unos pasos acercarse y la risa cada vez más cerca.

Nos encontrábamos abrazados junto a una ventana con tablones de madera clavados en ella, los dos estábamos aterrorizados, de pronto se hizo el silencio, no se oía nada...- "¡¡Os tengo!!"- Otra vez la voz habló, gritando, y se escucho un gran ruído al otro lado de la puerta... Alguien, mejor dicho, algo clavó un cuchillo repetidamente en la puerta tratando de destrozarla mientras no paraba de reír emocionado al atrapar a su presa... Cuando hizo un agujero bastante granda para ver por el, puso su ojo, un ojo que rebosaba locura, luego se vió por el mismo agujero la boca de la criatura riendo, riéndose de nuestro miedo...

Pensé que aquel iba a ser nuestro último día, allí iba a morir, íbamos a morir, y si morimos, al menos será juntos.

                                                                Continuará.

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